En el año 2001 se rumoreaba que los bancos no iban a darle la plata a la gente. Por eso la gente sacó los fondos de los bancos.

Un grupo de colombianos vinieron al país para robar, sabiendo que la gente tenía la plata en su casa.

Muchos fueron apresados, y comenzaron a lamentar lo que hicieron.

Reflexionaron que la plata hay que hacerla trabajando y no robando.

Había una vez un deportista que era muy bueno en lo que hacía y la gente lo quería mucho y casi siempre ganaba.

Pero el problema era que no tenía mucha conducta y le gustaba comer sin control.

Entonces su cuerpo privilegiado empezó a deformarse y engordar.

Ya no ganaba los partidos como al principio y su cuerpo no le respondía como él quería y sufría de muchos dolores, y todo a raíz de su falta de entrenamiento.

Además de ser muy buen deportista, era muy soberbio y agrandado. Un día un jugador le dijo “gordito”, y eso lo enfureció mucho y le quería pegar, pero lo frenaron.

Después pensó que en verdad ese jugador tenía razón, y que debía cambiar.

Por eso comenzó a entrenar con más disciplina y límites en la comida,  y después de mucho esfuerzo logró bajar de peso y poder rendir en los partidos  como antes.

Lo que al principio fue una crítica y una burla, lo ayudó a mejorar, recibiendo las felicitaciones del público y de aquella persona que lo había burlado.

Había dos hermanos que habían heredado una fábrica de zapatos de su padre. En esa época había surgido un auge  muy grande por el deporte y ellos comenzaron a fabricar zapatillas para deportistas y les fue muy bien.

Un hermano era introvertido, tímido,  pero muy bueno técnicamente, pero el otro hermano era muy bueno para vender y relacionarse con la gente.

El hermano más extrovertido comenzó a relacionarse con los políticos, y fue acusado por su hermano que quería quedarse con toda la fábrica, por temas ilegales, teniendo que pasar un tiempo en la cárcel.

Cuando salió se enteró que su hermano lo había traicionado y no le habló más, abriendo otra fábrica, con mucha rivalidad, al punto que los empleados de uno no se juntaban con los empleados del otro.

Esta es la historia de dos hermanos que se pelearon por celos y codicia, en lugar de ayudarse entre ellos.

Se cuenta de un escritor argentino que había comenzado a ser muy talentoso en sus narraciones, obteniendo muchos premios de literatura, recibiendo varias ofertas de trabajo en Francia.

Estaba casado y su esposa se opuso al viaje, pero el priorizo a la escritura a su familia, y la deja para radicarse en Paris.

En Paris se junta con gente muy bohemia, comenzando a consumir drogas, que según sus nuevos amigos, servían para inspirarse.

Es así que demasiada libertad lo volvió a la larga loco, ya que su vida era un limbo, lleno de imaginación.

Luego de un tiempo estaba irreconocible y terminó sin nada, mendigando y durmiendo en la calle.

Si madre  comienza a querer saber sobre el paradero de su hijo hasta que lo encuentra en la indigencia total, trayéndolo de vuelta para la Argentina.

Demasiada imaginación y la falta de limites provocaron que un gran talento termine arruinando su vida.

En la provincia de San Juan había un basural. Un lugar donde se depositaba la basura, que cada vez se hacía más grande, necesitando cada vez más espacio,  y la gente muy pobre iba a ese lugar a comer de la basura, siendo muy peligroso para la salud de ellos y de todos los habitantes.

El gobierno quería recuperar esos terrenos, y poner nueva tecnología para reciclar la basura.

Pero se encontraron con un problema. Los pobres se pusieron muy violentas cuando se enteraron de que los querían sacar.

Que hizo el gobierno? Les dijo que ellos iban a trabajar en la nueva fábrica de reciclados, pudiendo tener un sueldo y mejor cuidado y protección de la salud.

A muchos le costó aceptar porque estaban acostumbrado a esa mala vida. 

Pero con el tiempo aceptaron y pudieron ver las ventajas de un trabajo más sano y normal.

Hoy en día están agradecidos al gobierno del empleo que tienen y de tener una vida más digna.

Una vez seis chicos fueron a pescar porque no les gustaban la comida de la escuela. Y se quedaron dormidos en el bote y se los llevó la corriente, y llegaron a una isla en el medio del mar. Estuvieron ahí dos años. Aprendieron a pescar, y cazar, pero principalmente aprendieron a compartir y ayudarse mutuamente.

Después de dos años apareció un capitán quien era hijo de un rico empresario que prefería el mar, y así rescató a los chicos.

Cuando los chicos llegaron a su casa hubo mucha alegría pero la policía los quiso detener por haber robado el bote.

Los chicos no fueron preso porque pagaron el bote con la plata de la película que hicieron de esta historia.

El capitán fue llamado por el rey del lugar para agradecerle y le dijo que pida lo que quiera. Y le pidió que le deje poner una empresa de pesca de langosta, y los chicos fueron su tripulación de su barco.

Sin filosofía

“O todo aquello sobre lo cual juró en falso, lo restituirá íntegramente y agregará un quinto sobre ello” (Vaikra 6,24)

En pocas palabras se está hablando de que una persona que perjudica a otra debe restituir el capital, agregando un veinte por ciento (un quinto) más, de modo de quedar sin culpa.

Filosóficamente: Porque debe enmendar su acto? No es todo digitado desde el cielo? Tal vez El Eterno pretende que la persona pierda su dinero a causa de sus acciones?

Explican los Sabios: Pensar de este modo, es pensar errado.

Toda la idea de la “fe”, es para uno, y no para los demás!

La forma correcta es pensar que tal vez El Eterno le hizo perder al damnificado su dinero solo por un lapso de tiempo, y no definitivamente. 

Por eso debe restituir no solo el capital, sino un monto extra calculando que la persona podría en ese lapso de tiempo haber obtenido ganancias, (en este caso un veinte por ciento).

No es ético hacer sufrir al semejante, y menos justificar el proceder con argumentos torcidos, sino que lo antes posible se debe tomar conciencia del mal proceder, pedir perdón y restituir lo tomado ilícitamente de manera como la Tora lo estipula!