"Diez milagros ocurrían para nuestros antepasados en el Bet Hamikdash (Templo de Jerusalem): …nunca las lluvias apagaron el fuego de los leños que allí se encontraban” (Avot 5)
A pesar que por carácter natural el agua no pude convivir con el fuego, en el Sagrado Templo de Jerusalém, “La casa de Dios”, si podían estar en armonía no consumiéndose uno con el otro.
Del mismo modo cuando las personas se conducen según los dictamines divinos pueden convivir incluso si son de caracteres diferentes e incluso antagónicos.
Todos los senderos de Dios son de paz y amabilidad y la manera de atraer la presencia divina es a través del Shalom.
A pesar que por carácter natural el agua no pude convivir con el fuego, en el Sagrado Templo de Jerusalém, “La casa de Dios”, si podían estar en armonía no consumiéndose uno con el otro.
Del mismo modo cuando las personas se conducen según los dictamines divinos pueden convivir incluso si son de caracteres diferentes e incluso antagónicos.
Todos los senderos de Dios son de paz y amabilidad y la manera de atraer la presencia divina es a través del Shalom.