BUEN SUSTENTO

“Bendice para nosotros, Eterno, este año y toda la variedad de su cosecha para “bien”…. Sácianos con Tu “bondad” y bendice nuestro año cono otros años “buenos”, para bendición; pues Tu eres un Dios generoso que otorga “bondad”…” (De las plegarias)

Explican los Sabios: Hay que prestar atención y fijarse como se enfatiza la palabra “bien” cuando se pide por sustento.

El motivo es para que la persona tome conciencia que el sustento debe servir para elevar a la persona y no para degradarla, haciendo que se olvide de la fuente de bendición.

Cuando se posee un buen sustento se puede practicar la Torá con alegría, mientras que cuando la economía toma el control de la persona, haciéndola mezquina, la persona pasa a vivir un infierno. 

DUELO Y DANZA

“Tu has convertido mi duelo en danza, has desatado mi cilicio y me has ceñido de alegría. Por ello mi alma cantará a Ti y no callará…” (Salmo 30, de las plegarias)

Explican los Sabios: Al meditar la persona de lo lejos que se encuentra del Creador, y cuan vulnerable es a la transgresión, lógicamente el corazón de uno se apena.

Pero por otro lado, al meditar la persona sobre  privilegio que tiene de tener un contacto con lo supremo, el corazón de uno se debe llenar de alegría.

Por eso “el duelo se convierte en danza”, en el momento de la plegaria. Previo a la plegaria cada uno es conciente de lo lejos que está de la verdad, pero en la plegaria, donde se afianza el contacto con lo divino, el corazón cambia de la tristeza a la alegría, sabiendo que El camino espiritual es lo único que le puede dar a la persona verdadera felicidad.