21 Y se dijeron entre ellos: Ciertamente somos culpables en lo referente a nuestro hermano, por cuanto vimos la angustia de su alma al rogarnos a nosotros y no le hicimos caso; por eso esta angustia ha llegado a nosotros. (Miketz 42)
Cuando los hermanos de Iosef se vieron en aprietos, reconocieron que su sufrimiento se debía a causa de la venta de Iosef. Ellos no se consternaron por la venta en si misma, pensando que era justificada por el trato de Iosef para con ellos, lamentando solo la falta de compasión hacia un hermano en problemas.
22 Reuben habló y dijo: ¿Acaso no les hablé, diciendo: No pequéis contra el niño? Más no quisisteis hacerme caso (Miketz 42)
Pero Reuben agrega que no solo se debían arrepentir por su crueldad hacia Iosef, sino que toda la venta en si misma no tenía justificativo.
Reuben nos enseña a ser clementes incluso en el juicio. A pesar de tener uno todas las razones para ganar se debe atenuar el juicio.
La verdadera misericordia es ser compasivo incluso el juicio este a nuestro favor.
Cuando los hermanos de Iosef se vieron en aprietos, reconocieron que su sufrimiento se debía a causa de la venta de Iosef. Ellos no se consternaron por la venta en si misma, pensando que era justificada por el trato de Iosef para con ellos, lamentando solo la falta de compasión hacia un hermano en problemas.
22 Reuben habló y dijo: ¿Acaso no les hablé, diciendo: No pequéis contra el niño? Más no quisisteis hacerme caso (Miketz 42)
Pero Reuben agrega que no solo se debían arrepentir por su crueldad hacia Iosef, sino que toda la venta en si misma no tenía justificativo.
Reuben nos enseña a ser clementes incluso en el juicio. A pesar de tener uno todas las razones para ganar se debe atenuar el juicio.
La verdadera misericordia es ser compasivo incluso el juicio este a nuestro favor.
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