9 Y sucederá que si tampoco no creen en estas dos señales y no escuchan tu voz, tomarás agua del río y la verterás sobre la tierra seca, y el agua que tomes del río se transformará en sangre (Shemot 4)
La primera señal fue que el bastón de Moshé se convirtió en serpiente, la segunda señal fue que la mano de Moshé se convirtió en leprosa, y la tercera señal fue que el agua del Nilo se convirtió en sangre.
Explica la Kabala: La primera señal, la “Serpiente” alude al mal general que se encuentra en el mundo. La “Lepra” alude al mal cuando ataca al cuerpo de la persona, y la “Sangre” alude a la destrucción total del honor y soberbia de la persona, ya que el Nilo era la idolatría egipcia.
Por eso las señales al Faraón fueron de menor a mayor: Si la persona se desvía del camino correcto, primero es afectada en forma general, luego si persiste en su obstinación es afectada a nivel corporal, hasta ser afectada totalmente, hasta lo más interno de su alma, su moral.
Por eso, “Y sucederá que si tampoco no creen en estas dos señales…”. El castigo al Faraón fue paulatino hasta erradicar todo su orgullo y soberbia, y reconozca al Eterno.
La primera señal fue que el bastón de Moshé se convirtió en serpiente, la segunda señal fue que la mano de Moshé se convirtió en leprosa, y la tercera señal fue que el agua del Nilo se convirtió en sangre.
Explica la Kabala: La primera señal, la “Serpiente” alude al mal general que se encuentra en el mundo. La “Lepra” alude al mal cuando ataca al cuerpo de la persona, y la “Sangre” alude a la destrucción total del honor y soberbia de la persona, ya que el Nilo era la idolatría egipcia.
Por eso las señales al Faraón fueron de menor a mayor: Si la persona se desvía del camino correcto, primero es afectada en forma general, luego si persiste en su obstinación es afectada a nivel corporal, hasta ser afectada totalmente, hasta lo más interno de su alma, su moral.
Por eso, “Y sucederá que si tampoco no creen en estas dos señales…”. El castigo al Faraón fue paulatino hasta erradicar todo su orgullo y soberbia, y reconozca al Eterno.
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