Se cuenta que Rab Iakov entró a la casa de Rab Moishe, para ver como andaba, y lo encontró estudiando la Torá con un chico. Como buen paisano le preguntó Rab Iavov al dueño de casa: ¿Quien es este gurisito? Y Rab Moishe contestó: Es el hijo de Hashem".
Explican los Jajomim que muchas veces es este el pensamiento que le falta a padres y educadores en momento del partido. ¿Que le estamos enseñando a nuestros bajitos? ¿El trauma de un lobo que se quiere comer a una nena de caperusita roja? ¿De una bruja que se quiere comer a dos pequeños, Angel y Gretel? ¿Un gato que se vive matando con un ratón, haciéndonos pensar que uno puede morir y luego restablecerse? o tal vez, ¿Supererohes que pueden dominar a todos menos sus propias vidas, como el increible, Superman, Batman producto de una cultura al cuerpo de los paises del norte?
Nuestros hijos no son nuestros hijos, y sufriremos cuando nos demos cuenta que no le dimos un camino claro y correcto.
Que distinto nuestro mundo, el de la Toire, donde se educa al chico a la fe, al amor por el otro, a no transar con las ideas, a no dejar que el deseo le gane a la verdad, en el caso que pasamos por un kiosco y el chico quiere comer algo prohibido, enseñándole que no todo se puede y que existen los límites.
La Torá dice que si una persona presta algo a otra y este objeto se pierde, o se rompe el que pidió prestado siempre se hace responsable de restituir su valor. Los Rebes Jasidicos decían que los padres son como aquella persona que se le concedió un prestamos, los hijos y debemos preocuparnos de devolverlo en buen estado.
En sección Ree dice: "Ustedes son los hijos de Hashem", tengamos presentes que estamos tratando con gente realmente importante, no los echemos a perder.
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