Dice la Torá en Nitzavim: "Y no solamente con vosotros hago este pacto y este juramento, sino con aquel que está aquí con nosotros hoy delante de Hashem, nuestro Di-s, y también con aquel que no está aquí hoy con nosotros..."
La Torá estipula que una persona que todavía no nació no puede contraer deudas, ni compromisos, ni responsabilidades previas al nacimiento, entonces ¿Como se puede hacer un pacto con los ausentes, que todavía no respiraron el aire de este bendito mundo?
La respuesta es que la Torá no es una responsabilidad solamente, sino un privilegio, y un ausente que todavía no nació puede incluso heredar patrimonios. Del mismo modo, para nosotros es un mérito llevar esta preciada Ley con dignidad.
Puede ser que para el cuerpo y la concepción materialista del mundo sean las leyes de la Torá, a veces una carga, pero el que tiene la dicha de elevarse un poquito, sentirá un gran deleite y gozo en su normativa.
La Torá es nuestro patrimonio y herencia y la aceptamos con gusto, los presentes y los que vendrán.
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