17 Los ojos de Lea eran delicados, y Rajel era hermosa de forma y hermosa de aspecto (Vaitzé 29)
Lea tenía sus ojos delicados de tanto llorar ya que estaba destinada a casarse con el malvado Esav. Con su plegaria logró no solo casarse con Esav sino tener el mérito de casarse con Iaacov.
Explican los Sabios que la plegaria de Lea es la plegaria en relación al perfeccionamiento personal, mientras que la plegaria de Rajel es la plegaria por toda la comunidad.
Fue por eso que Lea concibió hijos enseguida, mientras que Rajel fue estéril durante muchos años. Rajel tuvo la capacidad de trascender su propio dolor personal, abocándose a lo general.
Por eso Rajel no fue enterrada en Jebrón con el resto de los patriarcas, obteniendo sepultura en el límite de la tierra de Israel, para de este modo estar próxima a sus hijos en exilio, rogando desde el cielo por el regreso de sus hijos a su hogar. Ella sacrificó su lugar sagrado en aras de su descendencia.
Sobre Rajel esta escrito: 1 “Vió Rajel que no paria para Iaacov... Dijo a Iaacov: Dame hijos, si no, me muero” (Vaitzé 30). Ella no pretendía hijos para ella, sino para Iaacov, pudiendo superar su aflicción, sintiendo el dolor del prójimo, ya que sabía que Iaacov la amaba.
La persona tiene que procurar su superación personal, como Lea, y al mismo tiempo bregar por el bienestar de su entorno, como Rajel.
Lea tenía sus ojos delicados de tanto llorar ya que estaba destinada a casarse con el malvado Esav. Con su plegaria logró no solo casarse con Esav sino tener el mérito de casarse con Iaacov.
Explican los Sabios que la plegaria de Lea es la plegaria en relación al perfeccionamiento personal, mientras que la plegaria de Rajel es la plegaria por toda la comunidad.
Fue por eso que Lea concibió hijos enseguida, mientras que Rajel fue estéril durante muchos años. Rajel tuvo la capacidad de trascender su propio dolor personal, abocándose a lo general.
Por eso Rajel no fue enterrada en Jebrón con el resto de los patriarcas, obteniendo sepultura en el límite de la tierra de Israel, para de este modo estar próxima a sus hijos en exilio, rogando desde el cielo por el regreso de sus hijos a su hogar. Ella sacrificó su lugar sagrado en aras de su descendencia.
Sobre Rajel esta escrito: 1 “Vió Rajel que no paria para Iaacov... Dijo a Iaacov: Dame hijos, si no, me muero” (Vaitzé 30). Ella no pretendía hijos para ella, sino para Iaacov, pudiendo superar su aflicción, sintiendo el dolor del prójimo, ya que sabía que Iaacov la amaba.
La persona tiene que procurar su superación personal, como Lea, y al mismo tiempo bregar por el bienestar de su entorno, como Rajel.
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