11 No, señor mío, ¡escúchame! Te he dado el campo, y en cuanto a la cueva que éste contiene allí, te la he dado a ti, a la vista de los hijos de mi pueblo te la he dado a ti; entierra a tu muerta (Jaiei Sará 23)
Abraham tenía que enterrar a Sará y para esta misión estaba dispuesto a pagar, pero el rey de los Jiteos, Efrón, no solo que le ofrece en principio otorgarle en forma gratuita enterrar a su muerto en la cueva de Majpelá, sino que le ofrece también el campo.
A pesar que al principio el rey parecía muy noble y altruista, luego le pide mucha plata por el lugar, como esta escrito: 15 ¡Señor mío, escúchame! Tierra que vale cuatrocientos siclos de plata, entre tú y yo, ¿qué son? Y entierra a tu muerta (Jaé Sará 23)
Hay personas que aparentan ser muy generosas pero al final muestran su falsedad y su bajeza, siendo altamente codiciosas.
Solo la Torá tiene la facultad de cambiar a la persona interiormente, convirtiéndola en una persona verdaderamente generosa.
Abraham tenía que enterrar a Sará y para esta misión estaba dispuesto a pagar, pero el rey de los Jiteos, Efrón, no solo que le ofrece en principio otorgarle en forma gratuita enterrar a su muerto en la cueva de Majpelá, sino que le ofrece también el campo.
A pesar que al principio el rey parecía muy noble y altruista, luego le pide mucha plata por el lugar, como esta escrito: 15 ¡Señor mío, escúchame! Tierra que vale cuatrocientos siclos de plata, entre tú y yo, ¿qué son? Y entierra a tu muerta (Jaé Sará 23)
Hay personas que aparentan ser muy generosas pero al final muestran su falsedad y su bajeza, siendo altamente codiciosas.
Solo la Torá tiene la facultad de cambiar a la persona interiormente, convirtiéndola en una persona verdaderamente generosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario