CUERPO Y ALMA

16 Cuando Iaacov llegó del campo al anochecer, Lea salió a recibirlo, y dijo: Vendrás a mí, pues ciertamente te he conseguido a cambio de las mandrágoras de mi hijo. Y se unió a ella aquella noche. (Vaietzé 30)

Cuenta la Torá que a partir de que Iaacov regresó del campo tuvo dos hijos más, Isajar y Zebulún.

Isajar y Zebulún formaron una sociedad ideal. Mientras que Isajar se dedicaba a la enseñanza de la Torá, Zebulún se dedicaba a conseguir la parte material.

Esto lo logró Iaacov al regresar del “Campo”. Iaacov siempre se caracterizó en ser una persona dedicada a la Torá. Cuando Iaacov salió al “Campo” entendiendo su responsabilidad de formar una familia, obtuvo la unión de lo material y lo espiritual.

Itzjak quiso que de sus dos hijos, Iaacov y Esav, puedan producir dicha sociedad, pero sin éxito, ya que Esav se desvió justamente en el campo.

Solo Iaacov pudo lograr unir el cuerpo con el alma, viendo plasmado su objetivo en sus hijos.