32 Lea concibió y dio a luz un hijo, y lo llamó Reuben, porque dijo: Porque El Eterno ha percibido… (Vaietzé 29)
Explica la Kabala: El primer hijo que tuvo Lea se llamó Reuben y hace referencia al atributo de bondad. La persona al “Percibir” la divinidad se siente cerca de Dios y de su bondad.
33 Y concibió nuevamente y dio a luz un hijo, y dijo: Porque El Eterno ha oído que no soy amada, me ha dado éste también, y lo llamó Simón (Vaietzé 29)
Luego concibió a un segundo hijo que lo llamó Simón. El “Oir” hace referencia a un alejamiento de la divinidad, ya que no se ve sino que se escucha. Este alejamiento provoca temor. En esta etapa la persona no se siente querida sino que se siente “No amada”.
34 Nuevamente concibió y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez mi marido se unirá a mí, pues le he dado tres hijos; por eso lo llamó Levi. (Vaietzé 29)
El tercer hijo se llamó Levi, y hace referencia a la conjunción del amor y el temor, sintiéndose que “El marido”, Hashem, se “une” íntegramente con la persona, lográndose esta unión por intermedio de la Torá.
35 Y concibió una vez más y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a El Eterno; por eso lo llamó Iehuda; entonces dejó de dar a luz. (Vaietzé 29)
Luego de llegar a la armonía y el refinamiento del alma, la persona debe llegar a una humildad y sumisión total a la divinidad, “Alabando al Eterno”. Ya para esta etapa se “Deja de dar a luz”, de desarrollar nuevos sentimientos, para acatar todos los Preceptos.
Explica la Kabala: El primer hijo que tuvo Lea se llamó Reuben y hace referencia al atributo de bondad. La persona al “Percibir” la divinidad se siente cerca de Dios y de su bondad.
33 Y concibió nuevamente y dio a luz un hijo, y dijo: Porque El Eterno ha oído que no soy amada, me ha dado éste también, y lo llamó Simón (Vaietzé 29)
Luego concibió a un segundo hijo que lo llamó Simón. El “Oir” hace referencia a un alejamiento de la divinidad, ya que no se ve sino que se escucha. Este alejamiento provoca temor. En esta etapa la persona no se siente querida sino que se siente “No amada”.
34 Nuevamente concibió y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez mi marido se unirá a mí, pues le he dado tres hijos; por eso lo llamó Levi. (Vaietzé 29)
El tercer hijo se llamó Levi, y hace referencia a la conjunción del amor y el temor, sintiéndose que “El marido”, Hashem, se “une” íntegramente con la persona, lográndose esta unión por intermedio de la Torá.
35 Y concibió una vez más y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a El Eterno; por eso lo llamó Iehuda; entonces dejó de dar a luz. (Vaietzé 29)
Luego de llegar a la armonía y el refinamiento del alma, la persona debe llegar a una humildad y sumisión total a la divinidad, “Alabando al Eterno”. Ya para esta etapa se “Deja de dar a luz”, de desarrollar nuevos sentimientos, para acatar todos los Preceptos.
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