21 El Eterno aceptó su plegaria y su mujer Rivka concibió. 22 Los hijos reñían en sus entrañas y ella dijo: De ser así, ¿por qué me sucede esto? Y fue a interrogar a El Eterno. 23 Y El Eterno le dijo: «Dos pueblos hay en tu vientre; dos naciones de tus entrañas se separarán; el poder pasará de una nación a otra y la mayor servirá a la menor. (Toldot 25)
Explican los Sabios: Rivka estaba preocupada sobre manera al sentir una gran lucha en su interior. Ella sentía que al pasar por un lugar sagrado alguien quería salir y al pasar por un lugar de idolatría también alguien quería salir.
Esto le trajo a ella una gran confusión, hasta que fue a preguntarle “Al Eterno”, a los Sabios.
Los Sabios le dijeron que no debe preocuparse ya que en realidad tenía dos hijos en su interior, con dos poderes diferentes.
Rivka se tranquilizó al saber que se trataba de dos personas diferentes y que no se trataba de una sola, ya que lo más frustrante para ella era saber que podría llegar a tener un hijo que una vez se inclina para la Torá y al momento siguiente se dirige a la idolatría…
Al tener un hijo con tendencia hacía la idolatría no le preocupaba ya que existe el remedio de la Teshuvá, pero un hijo con dos inclinaciones antagónicas la angustiaba ya que le sería más difícil hacer Teshuvá, ya que viviría con la conciencia tranquila de que el estudia la Torá.
Explican los Sabios: Rivka estaba preocupada sobre manera al sentir una gran lucha en su interior. Ella sentía que al pasar por un lugar sagrado alguien quería salir y al pasar por un lugar de idolatría también alguien quería salir.
Esto le trajo a ella una gran confusión, hasta que fue a preguntarle “Al Eterno”, a los Sabios.
Los Sabios le dijeron que no debe preocuparse ya que en realidad tenía dos hijos en su interior, con dos poderes diferentes.
Rivka se tranquilizó al saber que se trataba de dos personas diferentes y que no se trataba de una sola, ya que lo más frustrante para ella era saber que podría llegar a tener un hijo que una vez se inclina para la Torá y al momento siguiente se dirige a la idolatría…
Al tener un hijo con tendencia hacía la idolatría no le preocupaba ya que existe el remedio de la Teshuvá, pero un hijo con dos inclinaciones antagónicas la angustiaba ya que le sería más difícil hacer Teshuvá, ya que viviría con la conciencia tranquila de que el estudia la Torá.
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