12 He aquí que vuestros ojos ven, igual que los ojos de mi hermano Biniamin, que es mi boca la que os está hablando. (Vaigash 45)
Explica Rabí Natan: “Biniamín” tuvo que descender a Egipto para que sus hermanos vean que “Iosef les estaba hablando”.
La santidad de los Tzadikim es tan elevada que el mundo no esta preparado para comprender su santidad y su mensaje. Es por eso que en muchos casos el mundo se opone a los verdaderos Tzadikim, que toda su intención es hacer bien al mundo.
Pero “Biniamín” fue el único hijo de Iaacov que nació en la tierra de Israel, y fue en su territorio en donde se erigió el Gran Templo de Jerusalén. La santidad de “Biniamín” pudo reposar en este mundo, sin oposición.
Por eso “Iosef” les dice a sus hermanos que por intermedio de que Biniamín descendió a Egipto, ellos podrán darse cuenta quien era realmente “Iosef”.
Explica Rabí Natan: “Biniamín” tuvo que descender a Egipto para que sus hermanos vean que “Iosef les estaba hablando”.
La santidad de los Tzadikim es tan elevada que el mundo no esta preparado para comprender su santidad y su mensaje. Es por eso que en muchos casos el mundo se opone a los verdaderos Tzadikim, que toda su intención es hacer bien al mundo.
Pero “Biniamín” fue el único hijo de Iaacov que nació en la tierra de Israel, y fue en su territorio en donde se erigió el Gran Templo de Jerusalén. La santidad de “Biniamín” pudo reposar en este mundo, sin oposición.
Por eso “Iosef” les dice a sus hermanos que por intermedio de que Biniamín descendió a Egipto, ellos podrán darse cuenta quien era realmente “Iosef”.
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