1 El Eterno les habló a Moshé y a Aarón, diciendo: 2 Éste es el decreto de la Torá que El Eterno ha ordenado, diciendo: Háblales a los Hijos de Israel y ellos tomarán para ti una vaca completamente roja…(Jukat 19)
Explican los Sabios que Moshé quedó perplejo al recibir la orden de la “Vaca roja”, y por eso Hashem le dijo ““Este” es el decreto”, recalcando el precepto para que Moshé lo reciba.
El motivo que Hashem tuvo que recalcarle a Moshé el mencionado decreto de la “Vaca roja”, fue por que dicho decreto tuvo lugar para expiar a la gente del pecado de la impureza.
Moshé era una persona con gran pureza y santidad, y no estaba vinculado con todo lo relacionado con la impureza.
Específicamente la “vaca roja” vino a purificar a las personas que habían entrado en contacto con algún muerto, siendo la “muerte” lo contrario a Moshé, ya que en esencia el era “vida”, refinando su cuerpo “muerto”, dándole verdadera trascendencia.
Por eso Moshé quedó abrumado al escuchar lo relacionado a impureza y muerte, pero no obstante descendió al pueblo, que si tiene contacto con la oscuridad, para enseñarle lo relativo a la pureza.
Dice el Rebe que el verdadero Tzadik no es el que se queda en su casa uniéndose cada vez más con El Eterno, sino la persona verdaderamente comprometida con El Eterno es quien pone toda su fuerza en “purificar” a su entorno, haciendo que todos “asciendan” a los niveles de pureza y vida.
Explican los Sabios que Moshé quedó perplejo al recibir la orden de la “Vaca roja”, y por eso Hashem le dijo ““Este” es el decreto”, recalcando el precepto para que Moshé lo reciba.
El motivo que Hashem tuvo que recalcarle a Moshé el mencionado decreto de la “Vaca roja”, fue por que dicho decreto tuvo lugar para expiar a la gente del pecado de la impureza.
Moshé era una persona con gran pureza y santidad, y no estaba vinculado con todo lo relacionado con la impureza.
Específicamente la “vaca roja” vino a purificar a las personas que habían entrado en contacto con algún muerto, siendo la “muerte” lo contrario a Moshé, ya que en esencia el era “vida”, refinando su cuerpo “muerto”, dándole verdadera trascendencia.
Por eso Moshé quedó abrumado al escuchar lo relacionado a impureza y muerte, pero no obstante descendió al pueblo, que si tiene contacto con la oscuridad, para enseñarle lo relativo a la pureza.
Dice el Rebe que el verdadero Tzadik no es el que se queda en su casa uniéndose cada vez más con El Eterno, sino la persona verdaderamente comprometida con El Eterno es quien pone toda su fuerza en “purificar” a su entorno, haciendo que todos “asciendan” a los niveles de pureza y vida.
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