"Todo su pueblo buscó su pan suspirando; Dieron por la comida todas sus cosas preciosas, para entretener la vida". (Lamentaciones 1)
Explica la Kabala: Hay veces que se peca por estar satisfecho.
En la época anterior al exilio y destierro, la gente tenía todo en abundancia, y justamente por eso se alejaron del Eterno, pero el exilio provoca que la gente “busque su pan suspirando”, porque a veces falta.
De manera espiritual, el exilio provoca que la persona “busque su pan”. Es sabido que la Torá se compara al “pan” siendo el “alimento” principal de la persona.
En la época que los judíos transitaban por el desierto, la “maná”, su alimento, descendía desde el cielo sin esfuerzo.
Dicho alimento no tenia desperdicio al ser consumido, pero en la época del exilio el “pan” genera desperdicio al ser consumido, pero Hashem valora el esfuerzo en aras de su adquisición, a pesar de no ser tan refinado como la “maná”.
En épocas difíciles, donde la luz de Hashem no ilumina, la gente esta dispuesto a dar “todas sus cosas preciosas” en aras de conseguir el “pan”.
Esta es la virtud de la diáspora en donde la gente llega a dejar lo superficial para obtener lo importante con esfuerzo.
Explica la Kabala: Hay veces que se peca por estar satisfecho.
En la época anterior al exilio y destierro, la gente tenía todo en abundancia, y justamente por eso se alejaron del Eterno, pero el exilio provoca que la gente “busque su pan suspirando”, porque a veces falta.
De manera espiritual, el exilio provoca que la persona “busque su pan”. Es sabido que la Torá se compara al “pan” siendo el “alimento” principal de la persona.
En la época que los judíos transitaban por el desierto, la “maná”, su alimento, descendía desde el cielo sin esfuerzo.
Dicho alimento no tenia desperdicio al ser consumido, pero en la época del exilio el “pan” genera desperdicio al ser consumido, pero Hashem valora el esfuerzo en aras de su adquisición, a pesar de no ser tan refinado como la “maná”.
En épocas difíciles, donde la luz de Hashem no ilumina, la gente esta dispuesto a dar “todas sus cosas preciosas” en aras de conseguir el “pan”.
Esta es la virtud de la diáspora en donde la gente llega a dejar lo superficial para obtener lo importante con esfuerzo.
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