“¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como desierto, hasta no haber quien pase? Porque dejaron mi ley,… ni caminaron conforme a ella” (Jeremías 9, 12: 13)
Explican los Sabios que la “tierra fue asolada", y Jerusalém destruida, a causa de que dejaron la ley, “sin caminar conforme a ella”.
Significa que a pesar de haber sido grandes estudiosos y entendidos, no eran agradecidos, “no iban conforme a ella”, a la Torá.
Esto es exilio, y ya dice claramente la Torá, que todas las maldiciones sobrevendrán por no haber servido al Eterno con alegría y buen corazón en los buenos momentos, cuando todo estaba en abundancia, como está escrito: 45 Todas estas maldiciones caerán sobre ti… 47 porque no serviste a El Eterno, tu Dios, con alegría y con bondad de corazón, cuando todo era abundante. (Ki Tavó 28)
Al comenzar a ser agradecido y alegre, la persona comienza su propio proceso de redención personal.
Se debe valorar todo lo que El Eterno otorga a la persona, pero sobre todas las cosas se debe valorar el enorme legado que transmitió Hashem a Su pueblo.
Cuando se empieza a valorar la Torá y el estilo de vida que propone, la persona comenzará a estar alegre por el solo hecho de tener el privilegio de tener contacto con lo supremo, con lo divino.
Explican los Sabios que la “tierra fue asolada", y Jerusalém destruida, a causa de que dejaron la ley, “sin caminar conforme a ella”.
Significa que a pesar de haber sido grandes estudiosos y entendidos, no eran agradecidos, “no iban conforme a ella”, a la Torá.
Esto es exilio, y ya dice claramente la Torá, que todas las maldiciones sobrevendrán por no haber servido al Eterno con alegría y buen corazón en los buenos momentos, cuando todo estaba en abundancia, como está escrito: 45 Todas estas maldiciones caerán sobre ti… 47 porque no serviste a El Eterno, tu Dios, con alegría y con bondad de corazón, cuando todo era abundante. (Ki Tavó 28)
Al comenzar a ser agradecido y alegre, la persona comienza su propio proceso de redención personal.
Se debe valorar todo lo que El Eterno otorga a la persona, pero sobre todas las cosas se debe valorar el enorme legado que transmitió Hashem a Su pueblo.
Cuando se empieza a valorar la Torá y el estilo de vida que propone, la persona comenzará a estar alegre por el solo hecho de tener el privilegio de tener contacto con lo supremo, con lo divino.
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