“Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”. (Lamentaciones 3, 23)
Explican los Sabios: La “fidelidad”, la confianza en El Eterno, debe ser “grande”, de modo que cada “mañana”, cada día y día, sea “nueva”, con brios y entusiasmo permanente.
Se pretende de la persona que su fe en el Eterno sea renovada cada día, siendo la fe de ayer, antigua para hoy, y la de hoy, caduca para mañana.
Cuando se renueva la fe, se renueva la esperanza y la alegría, transitando por este mundo con el placer de saber que se vive realmente.
Explican los Sabios: La “fidelidad”, la confianza en El Eterno, debe ser “grande”, de modo que cada “mañana”, cada día y día, sea “nueva”, con brios y entusiasmo permanente.
Se pretende de la persona que su fe en el Eterno sea renovada cada día, siendo la fe de ayer, antigua para hoy, y la de hoy, caduca para mañana.
Cuando se renueva la fe, se renueva la esperanza y la alegría, transitando por este mundo con el placer de saber que se vive realmente.
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