“Jerusalém, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien la ayudase, Se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, Y de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos”. (Lamentaciones 1)
Explica la Kabala: Cuando la persona “cae en manos del enemigo”, a causa de sus pecados, debe “acordarse” de dos cosas:
En primer lugar se debe uno recordar que toda la “aflicción” es a causa del mal comportamiento, “Se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones”.
Y también recordarse de las “cosas agradables de tiempos pasados”, cuando todo estaba bien y dulce. El recordarse de las buenas épocas ayuda a cambiar para poder transitar el camino de la bendición.
Explica la Kabala: Cuando la persona “cae en manos del enemigo”, a causa de sus pecados, debe “acordarse” de dos cosas:
En primer lugar se debe uno recordar que toda la “aflicción” es a causa del mal comportamiento, “Se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones”.
Y también recordarse de las “cosas agradables de tiempos pasados”, cuando todo estaba bien y dulce. El recordarse de las buenas épocas ayuda a cambiar para poder transitar el camino de la bendición.
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