“Que mi oración suba hasta Ti como el incienso…” (Salmo 141, 2)
Explican los Sabios que en el Templo de Jerusalém habían dos Altares. Uno externo en donde se ofrendaban las ofrendas animales y vegetales, y uno interno, en donde se ofrendaba el incienso aromático.
La plegaria cumple dos funciones: “Ofrendar el animal” al Eterno, de modo que se “consuma” en amor a Dios, y por otro lado, “apegarse” con la Eternidad.
Por un lado en la plegaria se tiene que “elevar” el cuerpo, y por otro conseguir “intimidad” con El Eterno, de modo que no solo se eleve el cuerpo, sino que se proyecte toda su bondad a la tierra.
Es por eso que el sueño de Iaacov con la escalera con ángeles que subían y bajaban alude a la plegaria, “elevando” al cuerpo y proyectando bendiciones.
Hoy en día que no está erigido el Sagrado Templo, la plegaria esta en lugar de las ofrendas, pero hay que tener en cuenta que hay dos tipos de ofrendas, una que se quemaba íntegramente en el Altar exterior, y otra más sutil e interior, con la cuál se logra atraer bendición al mundo.
Explican los Sabios que en el Templo de Jerusalém habían dos Altares. Uno externo en donde se ofrendaban las ofrendas animales y vegetales, y uno interno, en donde se ofrendaba el incienso aromático.
La plegaria cumple dos funciones: “Ofrendar el animal” al Eterno, de modo que se “consuma” en amor a Dios, y por otro lado, “apegarse” con la Eternidad.
Por un lado en la plegaria se tiene que “elevar” el cuerpo, y por otro conseguir “intimidad” con El Eterno, de modo que no solo se eleve el cuerpo, sino que se proyecte toda su bondad a la tierra.
Es por eso que el sueño de Iaacov con la escalera con ángeles que subían y bajaban alude a la plegaria, “elevando” al cuerpo y proyectando bendiciones.
Hoy en día que no está erigido el Sagrado Templo, la plegaria esta en lugar de las ofrendas, pero hay que tener en cuenta que hay dos tipos de ofrendas, una que se quemaba íntegramente en el Altar exterior, y otra más sutil e interior, con la cuál se logra atraer bendición al mundo.
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