“Con trompetas y sonidos de Shofar aclamen al Señor, que es Rey”. (Salmo 98, 6)
Explican los Sabios que en el sagrado Templo de Jerusalém no solo se tocaba el Shofar en Rosh Hashaná, sino que se tocaban las “trompetas”, instrumento real, y así poder cumplir con el texto: “Con trompetas y sonidos de Shofar aclamen al Señor, que es Rey”.
La diferencia entre la trompeta y el Shofar es que la trompeta emite sonidos alegres, mientras que el Shofar llama a la reflexión.
El Shofar es extraído de un animal, mientras que la trompeta es fabricado.
El Shofar pertenece al elemento animal de la creación, mientras que las trompetas son confeccionadas con el elemento mineral de la creación.
El objetivo es que la “alegría” ingrese incluso a los sectores más bajos de la creación, el mineral. El objetivo es “trabajar” la naturaleza, haciéndola un recipiente apto para introducir divinidad.
Y todo este concepto se puede vislumbrar en las “trompetas”, que su sonido es alegre, y esta “confeccionada” por elementos “minerales”.
Hoy en día no se está en la categoría del Sagrado Templo de Jerusalém, de hecho está destruido. Es por eso que solo se toca el Shofar que llama a la reflexión, pero no puede uno perder de vista el objetivo, la alegría de poder hacer de este mundo un recipiente apto para la divinidad, para que muy pronto se pueda volver a tocar además del Shofar, las trompetas en Jersusalém.
Explican los Sabios que en el sagrado Templo de Jerusalém no solo se tocaba el Shofar en Rosh Hashaná, sino que se tocaban las “trompetas”, instrumento real, y así poder cumplir con el texto: “Con trompetas y sonidos de Shofar aclamen al Señor, que es Rey”.
La diferencia entre la trompeta y el Shofar es que la trompeta emite sonidos alegres, mientras que el Shofar llama a la reflexión.
El Shofar es extraído de un animal, mientras que la trompeta es fabricado.
El Shofar pertenece al elemento animal de la creación, mientras que las trompetas son confeccionadas con el elemento mineral de la creación.
El objetivo es que la “alegría” ingrese incluso a los sectores más bajos de la creación, el mineral. El objetivo es “trabajar” la naturaleza, haciéndola un recipiente apto para introducir divinidad.
Y todo este concepto se puede vislumbrar en las “trompetas”, que su sonido es alegre, y esta “confeccionada” por elementos “minerales”.
Hoy en día no se está en la categoría del Sagrado Templo de Jerusalém, de hecho está destruido. Es por eso que solo se toca el Shofar que llama a la reflexión, pero no puede uno perder de vista el objetivo, la alegría de poder hacer de este mundo un recipiente apto para la divinidad, para que muy pronto se pueda volver a tocar además del Shofar, las trompetas en Jersusalém.
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