13 Dios le dijo a Noaj: Ha llegado ante Mí el fin de toda la carne; pues la tierra está llena de hurto; y he aquí que estoy por destruirlos de la tierra. (Noaj 6)
Explican los Sabios que la “carne”, lo material, tiene su límite, su “fin”, y es cuando la persona se extralimita, debiendo Hashem destruir la carne.
Pero la “carne” puede transformarse en infinita, como está escrito: 21 El Eterno Dios causó un profundo estado de somnolencia en el hombre, y éste se durmió; y Él tomó uno de sus costados y cerró la carne en su lugar. (Bereshit 2)
La “carne” no quedó “abierta”, sino que “cerró su carne”, limitó su carne, dándole a la mujer, para poder lograr entre los dos trascendencia, como está escrito: 24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y su madre y se unirá a su mujer, y se transformarán en una sola carne. (Bereshit 2)
Al unirse el hombre con la mujer, genera tanto amor, al punto de convertirse en “una sola carne”, de modo de que la “carne” trasciende manifestando la divinidad.
Lo material separa, pero lo espiritual tiende a unir, y este es el objetivo de la relación matrimonial.
Como se puede apreciar en las ofrendas animales que al ser entregadas al Santuario, causaban placer en la divinidad.
Cuando el rigor, la “carne”, se transforma en misericordia, genera unión, y la bendición del Eterno.
Explican los Sabios que la “carne”, lo material, tiene su límite, su “fin”, y es cuando la persona se extralimita, debiendo Hashem destruir la carne.
Pero la “carne” puede transformarse en infinita, como está escrito: 21 El Eterno Dios causó un profundo estado de somnolencia en el hombre, y éste se durmió; y Él tomó uno de sus costados y cerró la carne en su lugar. (Bereshit 2)
La “carne” no quedó “abierta”, sino que “cerró su carne”, limitó su carne, dándole a la mujer, para poder lograr entre los dos trascendencia, como está escrito: 24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y su madre y se unirá a su mujer, y se transformarán en una sola carne. (Bereshit 2)
Al unirse el hombre con la mujer, genera tanto amor, al punto de convertirse en “una sola carne”, de modo de que la “carne” trasciende manifestando la divinidad.
Lo material separa, pero lo espiritual tiende a unir, y este es el objetivo de la relación matrimonial.
Como se puede apreciar en las ofrendas animales que al ser entregadas al Santuario, causaban placer en la divinidad.
Cuando el rigor, la “carne”, se transforma en misericordia, genera unión, y la bendición del Eterno.
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