10 Las cosas santas del hombre serán del sacerdote, y lo que el hombre le da será suyo (Nasó 5)
La Torá esta diciendo que lo que “se da”, sigue siendo de la persona que lo da, “será suyo”.
Aparentemente lo que “se da” deja de ser de uno, pero no es así, sino que lo que se entrega al Santuario sigue siendo de uno. Es más, no es que sigue siendo de uno, sino que es lo que realmente comienza a ser de uno.
Las cosas materiales no son de uno, ya que se terminan rompiendo o descomponiéndose, pero lo que se da a lo sagrado, se convierte en el verdadero patrimonio de la persona, su pasaporte a una vida con sentido en este mundo y en el próximo.
“Lo que el hombre le da será suyo”, lo que el hombre da, realmente comienza a “ser suyo”.
La Torá esta diciendo que lo que “se da”, sigue siendo de la persona que lo da, “será suyo”.
Aparentemente lo que “se da” deja de ser de uno, pero no es así, sino que lo que se entrega al Santuario sigue siendo de uno. Es más, no es que sigue siendo de uno, sino que es lo que realmente comienza a ser de uno.
Las cosas materiales no son de uno, ya que se terminan rompiendo o descomponiéndose, pero lo que se da a lo sagrado, se convierte en el verdadero patrimonio de la persona, su pasaporte a una vida con sentido en este mundo y en el próximo.
“Lo que el hombre le da será suyo”, lo que el hombre da, realmente comienza a “ser suyo”.
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