7 El Eterno habló a Moshé, diciendo: 8 Toma la vara y reúne a la asamblea; tú y Aarón, tu hermano, y háblale a la roca ante sus ojos para que dé su agua. Sacaréis para ellos agua de la roca y daréis de beber a la asamblea y a sus animales. 9 Moshé tomó la vara de ante El Eterno, tal como Él le había ordenado. … 11 Entonces Moshé alzó su brazo y golpeó la roca con su vara… (Jukat 20)
Claramente dice la Torá que la orden a Moshé fue “tomar la vara y hablarle a la piedra”, mientras que Moshé “tomó la vara y golpeó con la vara la piedra”.
Explican los Sabios: Con la “vara” Moshé realizó una gran cantidad de prodigios. Cada plaga en Egipto fue realizada por intermedio de la “vara”, la apertura del Mar Rojo fue tuvo efecto a través de la “vara”, etc.
En este momento, previo al ingreso a la tierra de Israel, El Eterno pretendía que el pueblo comprenda que en realidad la “vara” era solo un medio, y no un fin en si mismo. Pensar que la “vara” era la que producía el milagro era caer en la idolatría.
La “piedra” alude al corazón que puede llegar a tornarse “duro como una piedra”. Al corazón hay que hablarle y explicarle que del Eterno viene el “agua”, la manutención.
La “vara” debe estar en la mano, pero solo como medio, sabiendo que se debe hacer lo humanamente posible para que El Eterno produzca el milagro de la manutención, pero en definitiva es la “Palabra” de Torá y Tefila, la que tiene que suministrarle a la persona la fe suficiente para producir el “agua”.
Es la “palabra” la que debe suministrar confianza a la persona, sabiendo que Hashem es quien suministra en definitiva la manutención, entendiendo que las cosas materiales, la “vara”, solo son un medio, no debiendo ingresar en el corazón de la persona, pensando erróneamente que algo material puede producir sustento.
Claramente dice la Torá que la orden a Moshé fue “tomar la vara y hablarle a la piedra”, mientras que Moshé “tomó la vara y golpeó con la vara la piedra”.
Explican los Sabios: Con la “vara” Moshé realizó una gran cantidad de prodigios. Cada plaga en Egipto fue realizada por intermedio de la “vara”, la apertura del Mar Rojo fue tuvo efecto a través de la “vara”, etc.
En este momento, previo al ingreso a la tierra de Israel, El Eterno pretendía que el pueblo comprenda que en realidad la “vara” era solo un medio, y no un fin en si mismo. Pensar que la “vara” era la que producía el milagro era caer en la idolatría.
La “piedra” alude al corazón que puede llegar a tornarse “duro como una piedra”. Al corazón hay que hablarle y explicarle que del Eterno viene el “agua”, la manutención.
La “vara” debe estar en la mano, pero solo como medio, sabiendo que se debe hacer lo humanamente posible para que El Eterno produzca el milagro de la manutención, pero en definitiva es la “Palabra” de Torá y Tefila, la que tiene que suministrarle a la persona la fe suficiente para producir el “agua”.
Es la “palabra” la que debe suministrar confianza a la persona, sabiendo que Hashem es quien suministra en definitiva la manutención, entendiendo que las cosas materiales, la “vara”, solo son un medio, no debiendo ingresar en el corazón de la persona, pensando erróneamente que algo material puede producir sustento.
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