“…líbrame de mis perseguidores, porque son más fuertes que yo (de mi)” (Salmo 142, 7)
Explican los Sabios: ¿Quién hizo fuertes a mis enemigos? “Yo”. De la misma persona proviene todo su mal.
Toda la desavenencia viene para aleccionar a la persona. Por lo general la persona trata de buscar en el exterior el origen de su fracaso, pero en realidad se encuentra en su interior.
“De mi” es el origen de la fortaleza de los oponentes.
Explican los Sabios: ¿Quién hizo fuertes a mis enemigos? “Yo”. De la misma persona proviene todo su mal.
Toda la desavenencia viene para aleccionar a la persona. Por lo general la persona trata de buscar en el exterior el origen de su fracaso, pero en realidad se encuentra en su interior.
“De mi” es el origen de la fortaleza de los oponentes.
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