“El aceite y el incienso alegran el corazón…” (Proverbios 27, 9)
El “aceite” alude a la sabiduría, ya que al mezclarlo con agua siempre se eleva y a la sabiduría intelectual solo se la puede captar con la cabeza, parte más elevada de la persona, y el “incienso” alude al apego del alma con lo espiritual, ya que la fragancia es netamente un placer espiritual.
La sabiduría es buena y trae felicidad cuando sirve para unir entre la persona y su Creador, y entre la persona y su prójimo.
El “aceite” alude a la sabiduría, ya que al mezclarlo con agua siempre se eleva y a la sabiduría intelectual solo se la puede captar con la cabeza, parte más elevada de la persona, y el “incienso” alude al apego del alma con lo espiritual, ya que la fragancia es netamente un placer espiritual.
La sabiduría es buena y trae felicidad cuando sirve para unir entre la persona y su Creador, y entre la persona y su prójimo.
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