“… El aliento de vida del hombre asciende hacia arriba y el aliento de vida del animal, desciende hacia abajo, a la tierra” (Eclesiastés 3, 21)
Explican la Kabala: En el interior de la persona conviven dos tipos de alientos:
El “aliento de vida humano” que busca la superación y el desarrollo, y el “aliento de vida animal”, que tiende a la degradación y la decadencia del ser.
Por naturaleza la persona posee en su interior la fuerza animal que si no se la controla a conciencia, lleva a la persona a la frustración.
Es el objetivo del “aliento divino” que posee la persona en su interior darle orientación a todas sus energías para poder sentir satisfacción y realización.
Explican la Kabala: En el interior de la persona conviven dos tipos de alientos:
El “aliento de vida humano” que busca la superación y el desarrollo, y el “aliento de vida animal”, que tiende a la degradación y la decadencia del ser.
Por naturaleza la persona posee en su interior la fuerza animal que si no se la controla a conciencia, lleva a la persona a la frustración.
Es el objetivo del “aliento divino” que posee la persona en su interior darle orientación a todas sus energías para poder sentir satisfacción y realización.
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