“Por lo tanto es nuestro deber agradecer, loar, alabar,
glorificar, ensalzar, adorar, bendecir, enaltecer y honrar a Aquél que realizó
todos estos milagros para nuestros padres y para nosotros. Nos sacó de la
esclavitud a la libertad, de la tristeza a la alegría, del duelo a la
festividad, de la profunda oscuridad a la gran luz, y de la esclavitud a la
redención… y Te agradeceremos con una nueva canción por nuestra redención y por
la salvación de nuestras almas. Bendito eres Tú, Hashem, que redimió a Israel”. (Hagadá
de Pesaj)
Explican los Sabios que en Pesaj, y en realidad todo el
año, la persona tiene que agradecer por el hecho de que Hashem hizo al pueblo de
Israel “libre” y no “esclavo” de las pasiones, le dio la posibilidad de
conseguir “alegría” y no “tristeza” a través de seguir por el camino de la
Torá, le otorgó la capacidad de salir del “duelo” y vivir de “fiesta”, saliendo de
la “oscuridad” de una vida netamente materialista, hacía la “gran luz” del
alma.
Todo esto debe llevar a la persona a una “nueva canción”,
ya que Hashem “salvo las almas” y las “redimió” de una muerte segura.
Cuan contento tiene que estar la persona al tener la
posibilidad de “salir de Egipto”.
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