9 Cuando por la noche el
rocío descendía sobre el campamento, el maná descendía sobre él. (Behaalotjá
11)
Explican los Sabios el motivo
por el cual la Maná, alimento celestial, descendía conjuntamente con el roció:
El “roció” desciende todos
los días, no como la lluvia. El “rocío” viene del cielo, mientras que la
lluvia, depende en primera instancia del agua que sube desde la tierra.
La “lluvia” representa la difícil
tarea de superarse constantemente, de la “tierra al cielo”, mientras que el “rocío”
representa la generosidad del Eterno, independientemente del servicio personal,
proviniendo netamente del “cielo”.
La “Maná”, es el sustento
diario. La “Maná” descendía desde el cielo con “rocío”, queriendo expresar que todo
el sustento es otorgado a la persona con generosidad divina, independientemente
de su intervención.
La Maná descendía desde el
cielo de tres maneras: Los justos la recibían aledaña a sus hogares, y preparado
para consumo, los intermedios (ni justos ni malvados) tenían que salir a su búsqueda, y hornearlo,
mientras que los malvados tenían que salir a buscarla mucho más lejos,
procesarla y hornéala.
Pero la lección es que
incluso los malvados, que tenían que ir a buscar con más esfuerzo su sustento,
lo recibían generosamente del Eterno, tal como el “rocío” riega la tierra desde
el “cielo”.
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