“Para librarte de la mujer
extraña, de la ajena que halaga con sus palabras; que abandona al compañero de
su juventud, y se olvida del pacto de su Dios” (Proverbios 2, 16 y 17)
Explican los Sabios: Hay
mujeres que su deseo es hacer tropezar a los hombres, y hay hombres que su
deseo es hacer tropezar mujeres, destruyendo a familias completas.
Dicha “mujer extraña”
abandona a su familia para hacer sufrir a otros. La persona enceguecida va detrás
de ella, pero en definitiva obtendrá a la larga desilusión, ya que desde el
principio es una persona malvada, que no le importa destruir familias, la
propia y la ajena.
La persona en su ceguera no
ve el daño que todo esto acarrea, y por eso se obnubila en toda esta cuestión,
pero todo esto es perversión.
Las personas por una ilusión
pierden a sus familias, pero no saben que todo esto conlleva a grandes
castigos, ya que hace sufrir a los demás.
Cuando uno va detrás de la ilusión,
“se olvida del pacto de su Dios”,
jugando con fuego.
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