“En el primer mes, que es el
mes de Nisán, en el año decimosegundo del rey Ajashverosh, que echada Pur, es
decir, la suerte (Goral), antes de Amán día a día y de mes a mes, para el mes
decimosegundo que es el mes de Adar” (Ester 3, 7)
Explican los Sabios: Hamán
pretendía destruir al pueblo de Israel en el mes de Adar, el cual es el último
mes del año desde la salida de Egipto, en Nisan.
El mes de Nisan guarda relación
con milagros, y el extremo opuesto a los milagros es el mes de Adar.
Hamán, el malvado, veía al
pueblo, aletargado, cansado, y es en esos momentos cuando el mal quiere destruir.
Es por eso que dicen los
Sabios que desde que comienza el mes de Adar se debe incrementar en alegría. Específicamente
se debe uno alegrar teniendo siempre presente que El Eterno acompaña a la
persona, incluso en los momentos en donde no se ve manifiestamente la mano del
Eterno, tal como el mes de Adar que es un extremo de los milagros de Nisan.
El cansancio y aletargamiento
son consecuencia de la tristeza al penar que El Eterno no acompaña a la
persona, siendo esto la destrucción moral de la persona. El remedio es la alegría
de sentir que siempre hay milagros, siempre hay relación con El Eterno. Una
persona que piensa positivamente, esta colmada de estímulos y bríos, y nunca
desfallece.
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