Sección Vaiakel Pikudei

Dice el Midrash que los tablones que fueron utilizados para el Mishkan fueron extraidos de los árboles que Iaacov habia llevado a Mitzraim en su descenso desde la tierra de Israel.

A su vez, explican los Sabios, Iaacov antes de partir a  Mitzraim fue a buscar dichos árboles a Beer Sheva, como claramente dice la Tora, donde su abuelo, el patriarca Abraham, los había plantado. Abraham los plantó, como es sabido, para albergar a la gente que pasaba por el lugar, ofreciéndoles hospitalidad. A su vez, Abraham extrajo dicho árbol del Gan Edén, directamente del paraíso.

Es sabido que el primer hombre comió del fruto prohibido que según los Sabios era la vid. Dicho árbol no goza de estabilidad.

Esto hace de referencia que el comportamiento de Adam no era “estable”, no fue correcto. Del mismo modo le siguió Noaj que al salir del Arca “plantó” una vid y se emborrachó. El tampoco gozó de verdadera rectitud y estabilidad.

Pero Abraham pudo “estabilizar” el “árbol” utilizándolo correctamente para los demás.

La serpiente fue castigada debiéndose arrastrar por el piso. Que tipo de castigo es este?

La falta de estabilidad! Dicha carencia la hace zigzaguear, “ir de un lado al otro”. De esto proviene el rechazo del hombre a la serpiente, ya que no se sabe “de que lado está”, “inestabilidad” peligrosa!

Cuando Moshe le preguntó al Eterno sobre el sentido de ir a rescatar a los Iehudim a Mitzraim, Hashem le ordenó tomar su bastón, tirarlo al suelo, convirtiéndose en víbora.

El Eterno le quiso decir que no siga el camino de la serpiente, que es el camino coyuntural, de lo que se ve, sino que aprenda de la “rectitud del bastón”, y se dirija a rescatar a la sagrada nación.

Con dicha “rectitud” Moshé realizó los prodigios!

Cuando Iosef fue arrojado  al pozo por sus hermanos, dicen los Sabios, que en el pozo había “serpientes”.

El significado para Iosef era que no siga el camino del rencor a sus hermanos, que no sea superficial, ya que todo estaba gestado en el cielo. Fue entonces que Iosef se comportó con sus hermanos sin venganza, y por el contrario los atiende al final de la mejor manera.

Cuando los Iehudim estaban por ingresar a la tierrra de Israel, Hashem los castigo con “serpientes” por haber hablado mal de Hashem y de Moshe, y ordena realizar una “serpiente” para la curación de las personas. Pero dicha “serpiente” debía estar sobre un mástil, de modo que pudieran meditar en la “serpiente y el cielo”, entre lo inestable del camino del mal, y lo recto del cambio del bien.

Los patriarcas, Abraham, Itzjak y Iaacov, fueron llamados “rectos” (así es el nombre de todo el libro de Génesis). Dicho calificativo es más que Jasid y Tzadik, porque El Eterno pretende de la persona rectitud, ética y moral.

En la sección de Vaiakel se vuelve a repetir toda la cuestión del Mishkan. Porque?

Porque al realizar el becerro de oro, los Iehudim, habían perdido la “rectitud”. Hicieron algo “parecido” al Mishkan, y eso mismo es idolatría!

Por eso se vuelve a mencionar el tema del Mishkan, con las “tablas” como corresponden, tal como Abraham había logrado “enderezarlas”.

Es en ese momento que la “Shejina”, posa y acompaña a la persona.

Al principio en la sección Truma donaron para “ellos”, pero ahora se dieron cuenta que la donación era para El Eterno, para que Su presencia more en la tierra.

El camino de la “rectitud” es el camino del Gan Edén, y el sendero del “zigzag” es el camino de lo superficial.

El Eterno garantiza que si se va por El camino de la Tora, Jukim y Mishpatim, la presencia divina residirá y acompañará a Israel.

Él pueblo de Israel se conduce con el legado recibido de los Maestros generación tras generación. Seguir el camino de la Tora y los Jajamim trae solo beneficios.

R. M. Winer