DOS CAMINOS

Hay sólo dos caminos: El camino pretendido es elevarnos por encima de las cosas materiales y elegir un camino espiritual o someternos al mundo de la materia regido por pautas naturales.

Debemos ser responsable en nuestra tarea y devolver nuestra alma al creador, de la manera más sagrada y pura, sin desviarnos, sin alejarnos de la fe.

En la Cábala se expresa estos conceptos de la siguiente manera: Existen los famosos dos árboles. El Árbol de la vida que representa el camino espiritual y altruista y el árbol del conocimiento del bien y del mal, que su consumo originó la muerte, que significa el estar bajo el yugo de la elección con el peligro a equivocar la meta.

El hombre en su afán de codicia puede desprenderse de su fuente y creer que el mundo material le dará más réditos que las verdades trascendentes, y no se da cuenta que la fuente de nuestra bendición consiste en estar apegado al sendero de la fe.

De nada sirve el esfuerzo de obtener riquezas desconectado de nuestra raíz celestial, como vemos a simple vista que muchas personas terminan enfermándose tratando de lograr solo anhelos materiales que en definitiva no darán felicidad. Como es sabido, que la codicia destruye a la persona y en definitiva lo deja desprovisto de todo.

Hay gente que se arriesga emprendiendo caminos inciertos en busca de su sustento inflingiendo las reglas de honestidad y no se da cuenta que Hashem puede proporcionarnos nuestra manutención en forma más decorosa sin necesidad de involucrarnos de lleno a las cuestiones materiales.

Ya la Torá nos habla del codicioso Faraón que en su desesperado anhelo de poseerlo todo quedo en definitiva sin nada, siendo su pueblo y el mismo devastado por la mano de Hashem.

De más esta decir que aquella persona que persigue sólo fines materiales está siempre preocupado y con envidias tratando de obtenerlo todo, no obteniendo al fin de cuenta nada.

Todo esto se rectifica uniéndonos a la Torá sus enseñanzas y a los Tzadikim verdaderos que nos harán conducirnos por un camino seguro, obteniendo bendiciones perdurables en el tiempo, para nosotros y familia.