Todo terreno

Tres requisitos tuvieron que suceder para que la Tora fuera entregada: Tuvieron nuestros antepasados que haber cruzado el mar a la salida de Egipto. Abraham, nuestro padre, tuvo que haber sido arrojadoa al fuego para defender su fé, y tubieron nuestros antepasados que haber transitado por el desierto. En resumen la Tora se entrego por el agua, por el fuego y por el desierto.

El agua

Nos cuenta la Tora que una vez que los iehudim salieron de Egipto tuvieron que atravesar el desafió del mar que se anteponía a su objetivo de recibir la Tora y en realidad dudaron en la posibilidad de poder sortear dicho obstáculo hasta que un hombre llamado NAjshon ben Aminadav, camino hacia el mar llegándole el agua hasta su cuello y el mar se abrió, posibilitando a todo el pueblo transitar por el mismo. Los que nos enseña la Tora es que se requiere de nosotros la entrega incondicional sorteando todo tipo de desafios.

El fuego

Abraham fue un hombre que vivó en aras de proclamar la fe en una fuerza superior que lo rige todo, en una ocasión se vió desafiado por un rey idolatra, siendo arrojado a un horno candente para demostrar su verdadera fe, de dicha prueba nuestro patriarca salió ileso, demostrando la existencia real del Credor. Incluso en el fuego se dio testimonio de nuestra conexión con Hashm.

El desierto

Nuestros antepasados caminaron por el desierto durante largos años, en un lugar donde no crece nada dieron testimonio de su fidelidad al creador. Este hecho sirvió para enseñarnos a nosotros del modo que debe ser cumplir la Tora, incluso en el caso que se presente este desafió de fe debemos seguir adelante. Lo notable y aleccionador de la prueba del desierto fue que no solo sucedío en un instante sino su peregrinar fue a lo largo de cuarenta años y a pesar de este desafio nuestro pueblo pudo sortear esta prueba con paciencia.

En definitiva lo que la Tora nos quiere enseñar como requisito que pese todos lo obstáculos e inclemencias debemos estar decididos a recibir la Tora. Las excusas son muchas, el frio el calor, la situación económica y otras, pero queda claro que no hay nada que se pueda oponer a cumplir con la voluntad de Hashem.