Hay un dilema que merece ser analizado: Por un lado sabemos que en el día de Rosh Hashana se nos juzga el porvenir del próximo año, es por eso que deseamos a nuestros semejantes que realmente tengan todo lo bueno y pedimos ser inscripto en el libro de la vida, del sustento, de la salud y otras cosas más. Por otro lado se nos dice que el objetivo de este sagrado día es tomar conciencia de la Supremacía de Hashem sobre su creación y que su reinado se extiende sobre todos las cosas, aceptando nuestra sumisión ante el. En definitiva: ¿Pedimos como un hijo o se requiere de nosotros sumisión como un siervo?
Dice la Tefilá de Rosh Hashana: "Recuerdanos para la vida, Hashem que desea la vida, inscribenos en el libro de la vida por Vos Hashem viviente". Es verdad que queremos vida y de la buena, pero el secreto para que Hashem nos conceda todos nuestros pedidos es tener presente que todo lo que pedimos sea en aras de El, "Para Vos Hashem viviente".
Si tenemos esto en mente, sabiendo que queremos lo mejor para que la honra del Creador sea más manifiesta en el mundo, sin lugar a dudas nuestro Padre misericordioso nos concederá lo mejor.
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