Leemos en la Haftará de Rosh Hashana que Jana estaba rezando en el sagrado Templo de Jeruslem. Eli, el Cohen, al verla la trata de borracha y le dice que se retire de este sagrado lugar.
Eli sabia que Jana estaba rezando por sus necesidades personales, en este caso por tener un hijo. El no creyó digno rezar por las necesidades en un lugar tan sagrado, pero Jana le dijo que ella no queria un hijo para su placer personal sino para consagrarlo a Hashem, y por eso el Templo es un lugar optimo para este fin.
En Rosh Hashana le pedimos a Hashem que satisfaga nuestros deseos y esto va de la mano con este sagrado día en el cual coronamos a Hashem como Rey del universo, ya que cuando pedimos no es para nosotros sino para hacer recidir a Hashem en este mundo.
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