6 Y allí traeréis
vuestras ofrendas… 7 Comeréis allí ante El Eterno, vuestro Dios, y os
regocijaréis (Reé 12)
Explican los Sabios: Cada vez
que la persona come como es debido, cuidando que su alma no se vea seducida por
la gula, tiene el merito de hacer una “ofrenda” al Eterno, incluso en esta época
que no se encuentra erigido el Beit Hamikdash.
Esencialmente el alma posee alegría,
mientas que el cuerpo tristeza. Al comer correctamente en santidad, la persona
encuentra regocijo, “Comeréis… y os regocijaréis”.
Cuando la comida es un medio
para manifestar al alma, entonces hay alegría, pero cuando el alma se subyuga al
cuerpo, entonces hay tristeza.
Cada persona es un Santuario,
en donde se debe ofrendar al Eterno, y esto hoy en día es a través de la ingesta. La felicidad se
logra al conectarse con El Eterno por intermedio de las cosas de este mundo.
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