Toda su grasa la ofrecerán; “la cola” y la grasa que cubre las entrañas (Tzav 7)
Conjuntamente con la ofrenda llevada al Santuario, debía ser ofrecida en el Altar la sangre y la grasa del animal.
Explica la Kabala: La sangre representa la fuerza motora, la voluntad. Y la grasa, lo más selecto y sabroso del animal representa el placer.
Estas dos cosas, la voluntad y el placer por lo espiritual deben ser entregados a la divinidad.
Además, dentro de la grasa, específicamente se debía ofrecer “La grasa de la cola”.
“La grasa de la cola”, lo más selecto de lo selecto, nos enseña que no solo debemos despertar una voluntad férrea por servir al Creador y no solo debemos tener placer por servir a Dios, sino que siempre debe estar presente “Lo más selecto de lo selecto”, tomando conciencia que hay un Dios Todopoderoso, por arriba de todo, la fe.
Sangre en hebreo se dice “Dam”, Grasa en hebreo se dice “Jeleb” y la grasa de la cola se dice “Alia”. Las primeras letras de estas tres palabras, “Alef” de Alia, “Jet” de Jeleb, y “Dalet” de Dam, forman “Ejad” que significa “Uno”, que representa a la divinidad, siempre acordándonos de donde proviene el placer y la voluntad.
Conjuntamente con la ofrenda llevada al Santuario, debía ser ofrecida en el Altar la sangre y la grasa del animal.
Explica la Kabala: La sangre representa la fuerza motora, la voluntad. Y la grasa, lo más selecto y sabroso del animal representa el placer.
Estas dos cosas, la voluntad y el placer por lo espiritual deben ser entregados a la divinidad.
Además, dentro de la grasa, específicamente se debía ofrecer “La grasa de la cola”.
“La grasa de la cola”, lo más selecto de lo selecto, nos enseña que no solo debemos despertar una voluntad férrea por servir al Creador y no solo debemos tener placer por servir a Dios, sino que siempre debe estar presente “Lo más selecto de lo selecto”, tomando conciencia que hay un Dios Todopoderoso, por arriba de todo, la fe.
Sangre en hebreo se dice “Dam”, Grasa en hebreo se dice “Jeleb” y la grasa de la cola se dice “Alia”. Las primeras letras de estas tres palabras, “Alef” de Alia, “Jet” de Jeleb, y “Dalet” de Dam, forman “Ejad” que significa “Uno”, que representa a la divinidad, siempre acordándonos de donde proviene el placer y la voluntad.
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