1 Después de estos hechos, la palabra de El Eterno le llegó a Abram en una visión, diciendo: No temas, Abram, Yo soy un escudo para ti; tu recompensa es muy grande». 2 Y dijo Abram: Señor mío, El Eterno: ¿Qué puedes darme, si yo no tengo hijos… (Lej Leja 15)
Para Abram todo lo que le pueda entregar El Eterno carecia de valor si no tenia un hijo a quien poder trasmitir los valores e ideales por los cuales solía incluso poner su pellejo en juego.
Abram no quería descendencia para poder entregarle valores materiales, sino que deseaba que alguien lo suceda para poder trasmitir la fe a las futuras generaciones, para hacer de este mundo algo más habitable.
Los ideales siempre fueron el motor que ayudó a nuestro pueblo a seguir adelante, más allá de toda circunstancia.
Para Abram todo lo que le pueda entregar El Eterno carecia de valor si no tenia un hijo a quien poder trasmitir los valores e ideales por los cuales solía incluso poner su pellejo en juego.
Abram no quería descendencia para poder entregarle valores materiales, sino que deseaba que alguien lo suceda para poder trasmitir la fe a las futuras generaciones, para hacer de este mundo algo más habitable.
Los ideales siempre fueron el motor que ayudó a nuestro pueblo a seguir adelante, más allá de toda circunstancia.
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