18 Y sucedió que cuando salía su alma, pues murió, que llamó a su hijo Ben Oní, mas su padre lo llamó Biniamin (Vaishlaj 35)
Bianiamín fue el último hijo que tuvo Iaacov, siendo el único que nació en la Tierra de Israel, al regresar de su exilio.
Al nacer, Rajel su madre, pereció en el camino poniéndole el nombre de “Ben Oní” que significa “El hijo de mi sufrimiento”, mientras que Iaacov le colocó el nombre de “Biniamín” que significa “El hijo de mi derecha”, viendo más allá del sufrimiento.
El Sagrado Templo de Jerusalem estaba situado en el sector perteneciente a la tribu de Biniamín siendo el único hijo de Iaacov que no se había arrodillado al encontrarse con Esav, ya que todavía no había nacido.
En la “Megilat Ester” en donde se narra la historia de Purim, cuenta que Mordejai, protagonista del milagro de Purim, era descendiente de la tribu de Biniamín, que no se arrodilló a la idolatría de Hamán, el perverso.
Iaacov tuvo su último hijo en la tierra de Israel, luego de haber recibido su nombre "Israel", pudiendo rescatar el carácter positivo detrás de todo sufrimiento. Iaacov ya había superado el exilio, elevándose más allá de lo coyuntural.
Con “Biniamín” Iaacov quiso dar un mensaje alentador para que sus descendientes sepan que más allá de todo sufrimiento que puedan llegar a tener, siempre estará la esperanza de un futuro alentador, sin necesidad de sucumbir ante las pruebas de la díaspora, arrodillándose ante lo vulgar.
Bianiamín fue el último hijo que tuvo Iaacov, siendo el único que nació en la Tierra de Israel, al regresar de su exilio.
Al nacer, Rajel su madre, pereció en el camino poniéndole el nombre de “Ben Oní” que significa “El hijo de mi sufrimiento”, mientras que Iaacov le colocó el nombre de “Biniamín” que significa “El hijo de mi derecha”, viendo más allá del sufrimiento.
El Sagrado Templo de Jerusalem estaba situado en el sector perteneciente a la tribu de Biniamín siendo el único hijo de Iaacov que no se había arrodillado al encontrarse con Esav, ya que todavía no había nacido.
En la “Megilat Ester” en donde se narra la historia de Purim, cuenta que Mordejai, protagonista del milagro de Purim, era descendiente de la tribu de Biniamín, que no se arrodilló a la idolatría de Hamán, el perverso.
Iaacov tuvo su último hijo en la tierra de Israel, luego de haber recibido su nombre "Israel", pudiendo rescatar el carácter positivo detrás de todo sufrimiento. Iaacov ya había superado el exilio, elevándose más allá de lo coyuntural.
Con “Biniamín” Iaacov quiso dar un mensaje alentador para que sus descendientes sepan que más allá de todo sufrimiento que puedan llegar a tener, siempre estará la esperanza de un futuro alentador, sin necesidad de sucumbir ante las pruebas de la díaspora, arrodillándose ante lo vulgar.
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