29 Iosef preparó su carroza y subió a encontrarse con Israel, su padre, en Goshen. Apareció ante él, cayó sobre su cuello y lloró sobre su cuello largamente. (Vaigash 46)
Luego de muchos años de desencuentro Iaacov se encuentra con Iosef, su hijo. Al ver Iosef a su padre lloró de emoción, pero Iaacov no lloró, ya que nos dicen los Sabios que en ese momento estaba recitando la plegaria del “Shemá Israel”.
Iaacov que recién había llegado a Egipto desde la tierra de Israel quiso enseñarles a sus hijos cual debe ser la actitud en el exilio:
Siempre deberán priorizar los Preceptos a las emociones. Sin lugar a dudas que ver a un hijo luego de muchos años despierta mucho sentimiento, pero nada se puede comparar a cumplir una Mitzva, que en este caso era el precepto del recitado del “Shemá Israel”.
Esta enseñanza de Iaacov siempre salvó a sus hijos de la asimilación en el exilio.
Luego de muchos años de desencuentro Iaacov se encuentra con Iosef, su hijo. Al ver Iosef a su padre lloró de emoción, pero Iaacov no lloró, ya que nos dicen los Sabios que en ese momento estaba recitando la plegaria del “Shemá Israel”.
Iaacov que recién había llegado a Egipto desde la tierra de Israel quiso enseñarles a sus hijos cual debe ser la actitud en el exilio:
Siempre deberán priorizar los Preceptos a las emociones. Sin lugar a dudas que ver a un hijo luego de muchos años despierta mucho sentimiento, pero nada se puede comparar a cumplir una Mitzva, que en este caso era el precepto del recitado del “Shemá Israel”.
Esta enseñanza de Iaacov siempre salvó a sus hijos de la asimilación en el exilio.
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