30 Díjoles Iaacov a Shimon y Levi: Me habéis turbado, haciéndome despreciable entre los habitantes de la tierra, entre los cananeos y entre los perineos yo soy poco en número y si ellos se unieran y me atacaran, seré aniquilado, yo y mi familia. 31 Y ellos dijeron: ¿Acaso ha de tratar a nuestra hermana como a una prostituta? (Vaishlaj 34)
Shimón y Levi completamente enfurecido matan a toda una ciudad para salvar la honra de su hermana, que había sido violada por el príncipe del lugar. Iaacov, el padre, no toma a bien su reacción.
Antes de morir Iaacov bendice a sus hijos y cuando les toca el turno a Shimón y Levi les dice: 5 Shimon y Levi son camaradas, sus armas son un arte robado. 6 En su conspiración, ¡que mi alma no entre! Con su congregación, no te unas, ¡oh, honor mío! Pues en su ira mataron a personas y por su voluntad incapacitaron a un toro. 7 Maldita es su ira, pues es intensa, y su furia, pues es cruel; los separaré dentro de Iaacov y los dispersaré en Israel. (Vaiejí 49)
Explican los Sabios que Shimón y Levi perdieron el reinado del pueblo judío por su precipitación.
El enojo es el enemigo de la conciencia y la sabiduría, y es sabido que solo destruye causando grandes daños. Por esos los Sabios nos indicaron alejarnos de esta mala conducta, siendo tolerantes.
Shimón y Levi completamente enfurecido matan a toda una ciudad para salvar la honra de su hermana, que había sido violada por el príncipe del lugar. Iaacov, el padre, no toma a bien su reacción.
Antes de morir Iaacov bendice a sus hijos y cuando les toca el turno a Shimón y Levi les dice: 5 Shimon y Levi son camaradas, sus armas son un arte robado. 6 En su conspiración, ¡que mi alma no entre! Con su congregación, no te unas, ¡oh, honor mío! Pues en su ira mataron a personas y por su voluntad incapacitaron a un toro. 7 Maldita es su ira, pues es intensa, y su furia, pues es cruel; los separaré dentro de Iaacov y los dispersaré en Israel. (Vaiejí 49)
Explican los Sabios que Shimón y Levi perdieron el reinado del pueblo judío por su precipitación.
El enojo es el enemigo de la conciencia y la sabiduría, y es sabido que solo destruye causando grandes daños. Por esos los Sabios nos indicaron alejarnos de esta mala conducta, siendo tolerantes.
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