10 Moshé le dijo a El Eterno: Te ruego, mi Señor, no soy hombre de palabras… pues soy pesado de boca y pesado de palabras. 11 El Eterno le dijo: ¿Quién le dio boca al hombre..? ¿Acaso no soy Yo, El Eterno? (Shemot 4)
Explica la Kabala: Moshe “No era un hombre de palabras”. Moshé era “Pesado de boca y pesado de palabras” debido a que su alma era tan elevada, que pertenecía al mundo del “Pensamiento” y no al de la “palabra”.
La palabra sirve para expresarse entre las personas en este mundo, pero Moshé se encontraba por arriba de las cuestiones de este mundo.
Por tal motivo Moshé se rehusaba a ir en misión de rescatar al pueblo judío de su sufrimientos en Egipto, ya que el estaba por arriba de todo “Egipto” y sufrimiento.
Pero Dios le dice: “¿Quién le dio boca al hombre..? ¿Acaso no soy Yo, El Eterno?”. Hashem tiene la capacidad de unir incluso las cosas más antagónicas.
Hashem creó el espíritu y la materia y le da fuerza al hombre para que pueda hacer paz entre estas dos entidades.
Hashem le hizo saber a Moshé que a pesar de que su alma era muy encumbrada, de todos modos poseía la capacidad de involucrarse con lo terrenal y salir airoso. Es decir que a pesar de que el era “pesado de boca”, costándole la relación con el mundo, de todos modos Hashem le había otorgado la posibilidad de “Descender” al mundo y “Rescatarlo”.
Hashem desea que este mundo sea un lugar en donde Su presencia divina este de manifiesto. Para eso nos dotó de un alma muy elevada y con la fuerza de poder canalizar las energías del alma en la tierra.
Explica la Kabala: Moshe “No era un hombre de palabras”. Moshé era “Pesado de boca y pesado de palabras” debido a que su alma era tan elevada, que pertenecía al mundo del “Pensamiento” y no al de la “palabra”.
La palabra sirve para expresarse entre las personas en este mundo, pero Moshé se encontraba por arriba de las cuestiones de este mundo.
Por tal motivo Moshé se rehusaba a ir en misión de rescatar al pueblo judío de su sufrimientos en Egipto, ya que el estaba por arriba de todo “Egipto” y sufrimiento.
Pero Dios le dice: “¿Quién le dio boca al hombre..? ¿Acaso no soy Yo, El Eterno?”. Hashem tiene la capacidad de unir incluso las cosas más antagónicas.
Hashem creó el espíritu y la materia y le da fuerza al hombre para que pueda hacer paz entre estas dos entidades.
Hashem le hizo saber a Moshé que a pesar de que su alma era muy encumbrada, de todos modos poseía la capacidad de involucrarse con lo terrenal y salir airoso. Es decir que a pesar de que el era “pesado de boca”, costándole la relación con el mundo, de todos modos Hashem le había otorgado la posibilidad de “Descender” al mundo y “Rescatarlo”.
Hashem desea que este mundo sea un lugar en donde Su presencia divina este de manifiesto. Para eso nos dotó de un alma muy elevada y con la fuerza de poder canalizar las energías del alma en la tierra.
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