6 El Eterno también le dijo: Lleva tu mano a tu pecho, y él llevó su mano a su pecho; luego la quitó y he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve. 7 Dijo Él: Vuelve a poner tu mano en tu pecho. Y él volvió a poner su mano en su pecho; y al sacarla de su pecho he aquí que era otra vez como su carne. (Shemot 4)
Esta escrito: 4 ¿Quién hará limpio al impuro? (Job 14, 4). Se refiere a que solo Dios tiene la capacidad de purificar al que pecó.
Cuando la “Mano de Moshé” esta sobre el corazón de la persona, sobre “su pecho”, cuando la sabiduría de Moshé se posa sobre las emociones del ser humano, entonces no hay lugar para la impureza y maldad.
Solo si Moshé saca su “Mano”, la sabiduría interior, de su “corazón”, se torna la persona “Leprosa” e “Impura”.
Si se regresa a colocar la “Mano de Moshé” de nuevo en el “Pecho”, en el corazón, vuelve la persona a estar pura y sana.
Cuando uno se conecta con la divinidad, haciendo que la sabiduría domine a las emociones, se genera pureza, de lo contrario se sufre de toda lepra, impureza y suciedad.
Esta escrito: 4 ¿Quién hará limpio al impuro? (Job 14, 4). Se refiere a que solo Dios tiene la capacidad de purificar al que pecó.
Cuando la “Mano de Moshé” esta sobre el corazón de la persona, sobre “su pecho”, cuando la sabiduría de Moshé se posa sobre las emociones del ser humano, entonces no hay lugar para la impureza y maldad.
Solo si Moshé saca su “Mano”, la sabiduría interior, de su “corazón”, se torna la persona “Leprosa” e “Impura”.
Si se regresa a colocar la “Mano de Moshé” de nuevo en el “Pecho”, en el corazón, vuelve la persona a estar pura y sana.
Cuando uno se conecta con la divinidad, haciendo que la sabiduría domine a las emociones, se genera pureza, de lo contrario se sufre de toda lepra, impureza y suciedad.
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