“Por David, cuando fingió locura ante Avimelej, quien entonces lo expulsó, y él se fue…” (Salmo 34)
Explican los Sabios que cuando el rey David había sido atrapado por el rey Avimelej, quien quería su alma, David “fingió locura”, y Avimélej lo dejó en paz, ya que llegó a la conclusión que David había perdido el sano juicio, y ya no había motivo a la represión.
Explican los Sabios que el consejo para librarse de “Avimélej” es “fingir locura”, teniendo momentos de suma alegría.
La palabra “Avimelej” está compuesta por dos palabras: “Avi” “Melej”. “Padre” “Rey”. Es la impureza en su gran expresión. Es quien dice “Yo soy rey, yo soy padre, y a mi todos me deben”.
El Rebe Najman explica que cuando la persona esta contenta, el intelecto se expande y la persona puede pensar mejor, provocando que “Avimélej se vaya”.
Cuando la persona sigue este consejo, el instinto se va de la persona, porque sabe que con esta persona ya no hay lo que hacer, y es por eso que le cuesta tanto a la gente estar contento, ya que el mal instinto sabe el poder de la alegría, argumentando siempre en su contra. ¿La persona va dejar que el instinto lo convenza?
Explican los Sabios que cuando el rey David había sido atrapado por el rey Avimelej, quien quería su alma, David “fingió locura”, y Avimélej lo dejó en paz, ya que llegó a la conclusión que David había perdido el sano juicio, y ya no había motivo a la represión.
Explican los Sabios que el consejo para librarse de “Avimélej” es “fingir locura”, teniendo momentos de suma alegría.
La palabra “Avimelej” está compuesta por dos palabras: “Avi” “Melej”. “Padre” “Rey”. Es la impureza en su gran expresión. Es quien dice “Yo soy rey, yo soy padre, y a mi todos me deben”.
El Rebe Najman explica que cuando la persona esta contenta, el intelecto se expande y la persona puede pensar mejor, provocando que “Avimélej se vaya”.
Cuando la persona sigue este consejo, el instinto se va de la persona, porque sabe que con esta persona ya no hay lo que hacer, y es por eso que le cuesta tanto a la gente estar contento, ya que el mal instinto sabe el poder de la alegría, argumentando siempre en su contra. ¿La persona va dejar que el instinto lo convenza?
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