24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y su madre y se unirá a su mujer, y se transformarán en una sola carne. (Bereshit 3)
Preguntan los Sabios: ¿Por qué tantos rituales para casarse? ¿Acaso si hay amor, de que sirven todos los compromisos y papeles? ¿Y si no hay amor, de que sirven los compromisos, si con facilidad se pueden disolver?
Explica la Kabala: El amor entre El Eterno y la persona, y el amor entre persona y persona es esencial, es del alma.
Los compromisos y ritos son para recordar la esencia, plasmando en la práctica dicho amor intrínsico.
No por casualidad todos los rituales de la Jupa, hacen referencia a la entrega de la Torá en Sinaí, en donde El Eterno y el pueblo de Israel pactaron compromiso.
En esencia no haría falta ningún pacto, pero debido a que la persona vive en un mundo que oculta la verdad, se necesita cuidar y recordar la verdad en la práctica.
El amor de los primeros días tiende a olvidarse debido a todas las ocupaciones mundanas que confunden a la pareja, por eso constantemente se debe reafirmar el compromiso nupcial, y recordarse que en esencia hombre y mujer, Dios y la persona, son uno.
El objetivo es llegar a la “unidad”, y para eso hay que “cuidar y recordar”, no viviendo la historia, sino reviviendo la historia en el presente, con amor, alegría, tal como las almas estaban en un principio en el cielo y más aún.
La Torá esta llena de episodios en donde El Eterno pactó compromiso con las personas. Abraham pacto con El Eterno, El pueblo de Israel pacto con El Eterno fidelidad en Sinaí, etc.
El objeto de dichos pactos no es porque no hay amor, sino por el contrario, hay mucho amor, pero la persona tiende a olvidarse, necesitando hacer constantemente actos materiales para recordar que en realidad se es uno, siendo almas indivisibles.
Preguntan los Sabios: ¿Por qué tantos rituales para casarse? ¿Acaso si hay amor, de que sirven todos los compromisos y papeles? ¿Y si no hay amor, de que sirven los compromisos, si con facilidad se pueden disolver?
Explica la Kabala: El amor entre El Eterno y la persona, y el amor entre persona y persona es esencial, es del alma.
Los compromisos y ritos son para recordar la esencia, plasmando en la práctica dicho amor intrínsico.
No por casualidad todos los rituales de la Jupa, hacen referencia a la entrega de la Torá en Sinaí, en donde El Eterno y el pueblo de Israel pactaron compromiso.
En esencia no haría falta ningún pacto, pero debido a que la persona vive en un mundo que oculta la verdad, se necesita cuidar y recordar la verdad en la práctica.
El amor de los primeros días tiende a olvidarse debido a todas las ocupaciones mundanas que confunden a la pareja, por eso constantemente se debe reafirmar el compromiso nupcial, y recordarse que en esencia hombre y mujer, Dios y la persona, son uno.
El objetivo es llegar a la “unidad”, y para eso hay que “cuidar y recordar”, no viviendo la historia, sino reviviendo la historia en el presente, con amor, alegría, tal como las almas estaban en un principio en el cielo y más aún.
La Torá esta llena de episodios en donde El Eterno pactó compromiso con las personas. Abraham pacto con El Eterno, El pueblo de Israel pacto con El Eterno fidelidad en Sinaí, etc.
El objeto de dichos pactos no es porque no hay amor, sino por el contrario, hay mucho amor, pero la persona tiende a olvidarse, necesitando hacer constantemente actos materiales para recordar que en realidad se es uno, siendo almas indivisibles.
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