“Todo amor que depende de algo - cuando desaparece ese algo desaparece el amor. Pero cuando no depende de algo - el amor nunca desaparecerá” (Avot 5)
Explican los Sabios: Cuando el amor depende de “algo” material, dicho amor es muy limitado y tiende a perderse, tiende a “desaparecer”.
Pero cuando el amor “no depende de nada”, sino que es un amor sincero, genuino y del alma, tiende a ser eterno, “nunca desaparecerá”, porque es un amor divino.
La persona que basa su vida amando a lo material, poniéndose contento solo con cosas de este mundo, vivirá a la larga triste y deprimida, ya que nadie garantiza que siempre lo tendrá, y por el contrario, todo lo de este mundo tiende a desaparecer.
Pero el que basa su vida en ir siempre al fondo de las cosas, tenderá siempre a estar alegre, ya que todas las cosas tienen su fondo, su final, su energía divina que da vida y bendición a quien la encuentra.
La sabiduría de la persona inteligente es poder encontrar la luz que se esconde detrás de cada cosa, no solo alegrándose por el medio vaso lleno, sino encontrando alegría, incluso, y justamente, en el medio vaso vacío, ya que el único aliciente que tiene la persona es que Hashem está en todas partes y en cada situación.
Los traumas y crisis son productos de no querer conciliar con la realidad profunda, y a la vez simple, de la vida.
Explican los Sabios: Cuando el amor depende de “algo” material, dicho amor es muy limitado y tiende a perderse, tiende a “desaparecer”.
Pero cuando el amor “no depende de nada”, sino que es un amor sincero, genuino y del alma, tiende a ser eterno, “nunca desaparecerá”, porque es un amor divino.
La persona que basa su vida amando a lo material, poniéndose contento solo con cosas de este mundo, vivirá a la larga triste y deprimida, ya que nadie garantiza que siempre lo tendrá, y por el contrario, todo lo de este mundo tiende a desaparecer.
Pero el que basa su vida en ir siempre al fondo de las cosas, tenderá siempre a estar alegre, ya que todas las cosas tienen su fondo, su final, su energía divina que da vida y bendición a quien la encuentra.
La sabiduría de la persona inteligente es poder encontrar la luz que se esconde detrás de cada cosa, no solo alegrándose por el medio vaso lleno, sino encontrando alegría, incluso, y justamente, en el medio vaso vacío, ya que el único aliciente que tiene la persona es que Hashem está en todas partes y en cada situación.
Los traumas y crisis son productos de no querer conciliar con la realidad profunda, y a la vez simple, de la vida.
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