“Hashem es justo; yo contra su palabra me rebelé”. (Lamentaciones 1, 18)
Explican los Sabios: El mismo profeta que pudo ver la destrucción del Beit Hamikdash, y todos los sufrimientos alrededor de la caída de Jersusalém, pudo con fe completa proclamar que en realidad toda la miseria fue a causa de la “rebeldía” del pueblo.
Esto en si mismo es el principio de la construcción nacional y particular de cada persona.
Cuando se sabe que Hashem alecciona a la persona, siendo el mal proceder el generador de la oscuridad, comienza todo el proceso de salvación.
La persona al tener problemas debe ampararse en El Eterno, sabiendo con fe sincera que si uno enmienda los actos, produce bendición.
“Hashem es justo”, y su ira tiene un límite, mientras que Su misericordia es infinita, y al conectarse con Sus Mandamientos se revierte todo el juicio es misericordia.
Incluso las reprimendas son misericordia, ya que tienen el objetivo de que la persona acceda a su mundo espiritual, como dice el Talmud que grandes malvados volvieron al Eterno a través de duras lecciones.
Saber esto reconcilia a la persona con Su hacedor, haciendo el dialogo de la persona hacia su Dios más fluido, evitando todo tipo de traumas y conflictos.
Explican los Sabios: El mismo profeta que pudo ver la destrucción del Beit Hamikdash, y todos los sufrimientos alrededor de la caída de Jersusalém, pudo con fe completa proclamar que en realidad toda la miseria fue a causa de la “rebeldía” del pueblo.
Esto en si mismo es el principio de la construcción nacional y particular de cada persona.
Cuando se sabe que Hashem alecciona a la persona, siendo el mal proceder el generador de la oscuridad, comienza todo el proceso de salvación.
La persona al tener problemas debe ampararse en El Eterno, sabiendo con fe sincera que si uno enmienda los actos, produce bendición.
“Hashem es justo”, y su ira tiene un límite, mientras que Su misericordia es infinita, y al conectarse con Sus Mandamientos se revierte todo el juicio es misericordia.
Incluso las reprimendas son misericordia, ya que tienen el objetivo de que la persona acceda a su mundo espiritual, como dice el Talmud que grandes malvados volvieron al Eterno a través de duras lecciones.
Saber esto reconcilia a la persona con Su hacedor, haciendo el dialogo de la persona hacia su Dios más fluido, evitando todo tipo de traumas y conflictos.
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