14 Cuando vengas a la Tierra que te da El Eterno, tu Dios, y la poseas, y te establezcas en ella…15 ciertamente pondrás encima de ti un rey al que ha de elegir El Eterno, tu Dios; de entre tus hermanos pondrás un rey sobre ti (Shoftim 17)
Preguntan los Sabios: ¿Por qué la elección de un rey es al ingresar a la tierra de Israel, y no antes?
Explica la Kabala: Todo el tiempo que el pueblo se encontraba en el desierto, e incluso en la época de conquista de la tierra, el pueblo tenía la capacidad de apreciar como El Eterno los conducía milagrosamente.
Esto en realidad es el estado ideal de percepción de la divinidad, sin necesidad de dirigir la mirada a un ser mortal.
Pero al “ingresar a la tierra” la persona puede llegar a confundirse, olvidándose de donde viene su verdadera seguridad. En la “tierra” hay que trabajar y todo tiene su periodo de crecimiento natural, y esto mismo puede hacer olvidar a la persona la fuente de su bendición.
Por eso, en caso que el pueblo lo requiera, Hashem da la posibilidad de someterse a un ser humano, quien encamine al pueblo hacia la divinidad.
Dicha persona debía ser elegida por El Eterno, a través de los profetas, ya que la espiritualidad se encuentra alejada del común de la gente, “eligiendo” las personas, por lo general, propuestas diferentes a la verdad.
Hoy en día la persona debe “someterse” a una autoridad rabínica calificada, ya que la persona por su natural amor propio, tiende a equivocarse en sus elecciones, siendo la solución elegir una persona idónea, que objetivamente lo encamine por la senda de la espiritualidad.
Preguntan los Sabios: ¿Por qué la elección de un rey es al ingresar a la tierra de Israel, y no antes?
Explica la Kabala: Todo el tiempo que el pueblo se encontraba en el desierto, e incluso en la época de conquista de la tierra, el pueblo tenía la capacidad de apreciar como El Eterno los conducía milagrosamente.
Esto en realidad es el estado ideal de percepción de la divinidad, sin necesidad de dirigir la mirada a un ser mortal.
Pero al “ingresar a la tierra” la persona puede llegar a confundirse, olvidándose de donde viene su verdadera seguridad. En la “tierra” hay que trabajar y todo tiene su periodo de crecimiento natural, y esto mismo puede hacer olvidar a la persona la fuente de su bendición.
Por eso, en caso que el pueblo lo requiera, Hashem da la posibilidad de someterse a un ser humano, quien encamine al pueblo hacia la divinidad.
Dicha persona debía ser elegida por El Eterno, a través de los profetas, ya que la espiritualidad se encuentra alejada del común de la gente, “eligiendo” las personas, por lo general, propuestas diferentes a la verdad.
Hoy en día la persona debe “someterse” a una autoridad rabínica calificada, ya que la persona por su natural amor propio, tiende a equivocarse en sus elecciones, siendo la solución elegir una persona idónea, que objetivamente lo encamine por la senda de la espiritualidad.
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