2 Recordarás todo el camino por el que te condujo El Eterno, tu Dios, estos cuarenta años en el Desierto para afligirte, para probarte, para saber qué hay en tu corazón, a ver si observabas Sus preceptos o no. (Ekev 8)
Explican los Sabios: La “Maná”, el alimento que descendía del cielo, era en esencia una prueba de fe.
La “Maná” a pesar de tener rico gusto, no tenía buen aspecto. Es decir que el pueblo no podía disfrutar plenamente de su alimento, ya que para poder tener placer pleno se necesita degustar y apreciar, ver, al alimento.
Uno de los motivos que la “Maná” no tenía coloratura era debido a que Hashem quiso implantar en la gente, que lo principal del alimento, no es su parte física, lo “visible”, sino su parte espiritual, la que da sentido al alimento.
Cuando la persona come es con el fin de recobrar fuerzas en aras de cumplir un objetivo noble y altruista.
Esta misma idea se puede observar en la continuación del versículo:
3 Él te afligió y te hizo pasar hambre, luego Él te alimentó con el maná que tú ni tus antepasados conocían, para hacerte saber que no sólo del pan vive el hombre, sino que de todo lo que emana de la boca de Dios vive el hombre. (Ekev 8)
Explican los Sabios: Claramente la Torá dice que “no solo de pan vive el hombre”, sino que se debe siempre ver más allá de lo físico, observando el sentido espiritual del alimento, que es el recobrar fuerzas en aras de hacer un mundo más refinado.
La prueba siempre es dejarse llevar por lo que se ve, o ver más allá de lo coyuntural, de los colores, del deseo físico inmediato.
Explican los Sabios: La “Maná”, el alimento que descendía del cielo, era en esencia una prueba de fe.
La “Maná” a pesar de tener rico gusto, no tenía buen aspecto. Es decir que el pueblo no podía disfrutar plenamente de su alimento, ya que para poder tener placer pleno se necesita degustar y apreciar, ver, al alimento.
Uno de los motivos que la “Maná” no tenía coloratura era debido a que Hashem quiso implantar en la gente, que lo principal del alimento, no es su parte física, lo “visible”, sino su parte espiritual, la que da sentido al alimento.
Cuando la persona come es con el fin de recobrar fuerzas en aras de cumplir un objetivo noble y altruista.
Esta misma idea se puede observar en la continuación del versículo:
3 Él te afligió y te hizo pasar hambre, luego Él te alimentó con el maná que tú ni tus antepasados conocían, para hacerte saber que no sólo del pan vive el hombre, sino que de todo lo que emana de la boca de Dios vive el hombre. (Ekev 8)
Explican los Sabios: Claramente la Torá dice que “no solo de pan vive el hombre”, sino que se debe siempre ver más allá de lo físico, observando el sentido espiritual del alimento, que es el recobrar fuerzas en aras de hacer un mundo más refinado.
La prueba siempre es dejarse llevar por lo que se ve, o ver más allá de lo coyuntural, de los colores, del deseo físico inmediato.
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