“El que aumenta sus bienes aumenta sus preocupaciones” (Pirke Avot 2:7)
Dice Rab Arush: Es posible controlar el “ieter hará”, el instinto del mal, de mil, e incluso el de dos mil, pero es muy difícil controlar el de un millón…
Con facilidad uno puede convivir con su propio instinto de mal. Uno con el correr del tiempo va conociendo sus trampas y artimañas, pero el desafío de la riqueza, el ietzer hará de un millón, no muchos lo pueden sortear, ya que no se lo conoce.
La riqueza tiene que ir acompañada de mucha tarea espiritual, de modo de ser recipiente a la gran bendición, de lo contrario toda la riqueza juega en contra, y sobre este punto no hace falta profundizar porque se ve a la vista.
Son sabidas las palabras de los Sabios que la felicidad es vivir con lo que la persona posee.
Dice Rab Arush: Es posible controlar el “ieter hará”, el instinto del mal, de mil, e incluso el de dos mil, pero es muy difícil controlar el de un millón…
Con facilidad uno puede convivir con su propio instinto de mal. Uno con el correr del tiempo va conociendo sus trampas y artimañas, pero el desafío de la riqueza, el ietzer hará de un millón, no muchos lo pueden sortear, ya que no se lo conoce.
La riqueza tiene que ir acompañada de mucha tarea espiritual, de modo de ser recipiente a la gran bendición, de lo contrario toda la riqueza juega en contra, y sobre este punto no hace falta profundizar porque se ve a la vista.
Son sabidas las palabras de los Sabios que la felicidad es vivir con lo que la persona posee.
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